18/04/2011
El segundo Congreso Internacional sobre Ciudadanía Digital, celebrado en Donostia la semana pasada fue un encuentro muy interesante. Me he permitido destacar lo que me pareció más interesante del mismo, y añadir en este post algunas reflexiones desde lo local, desde la ciudad en la que se celebró el encuentro.

Asistí la semana pasada a un interesante congreso en Donostia, el 2 Congreso Internacional Ciudadanía Digital (#CICD) organizado por Diariovasco.com. La edición de 2010 giró en torno a la educación, y en 2011 el tema ha sido el impacto de la tecnología en la política y la governanza. We-government era la palabra clave. Una buena organización y un plantel de intervinientes interesantes dieron pie a dos días muy aprovechables, en lo que probablemente pesó el impulso de una persona en concreto, Iñigo Kortabitarte.

En los contenidos había tres líneas principales:

  • el activismo ciudadano vía red,
  • la presencia del político en la red, en campaña o fuera de ella
  • la administración como prestadora de servicios y datos

Y en el plano tecnológico se habló sobre todo de dos cosas: Twitter y Open Data. También se mencionaron blogs, plataformas colaborativas, Facebook y redes sociales, y otros temas; pero las dos primeras claves dominaron.

En mi opinión, las intervenciones más interesantes fueron las siguientes:

  • Jordi Graells, hablando del enfoque con que la administración catalana está abordando el tema de la gobernanza digital; de manera, diría uno, más centrada en el ciudadano y en la optimización de servicios que lo que se ve en las administraciones vascas, quizás enfocadas en la propaganda del equipo de gobierno que toque.
  • Las de Antoni Gutiérrez-Rubí y Yuri Morejón (enlace a un resumen  de una intervenión anterior, en espera de que cargue lo de Donostia en su blog) que hablaron en días distintos del desencanto de la acción y comunicación política, con claves muy certeras ambos, y presentaciones elaboradas e impactantes. La política interesa, es una prioridad de los ciudadanos; pero los políticos, con sus partidos de estructura leninista (sí, en el sentido del centralismo democrático) y sobre todo por la falta de proyecto, no responden a las expectativas. La lógica de la sociedad en red que se extiende sin parar exige un cambio político; se diría que urgente, pero, sin embargo...
  • La de Alfonso Alcántara, Yoriento, amena como directa, sobre identidad digital, reputación. Fueron recetas clarísimas sobre como construir un discurso con sentido, como entrar en conversación y discusión tanto con las personas como con los retos sociales, tecnológicos... Me encantó: recomendable desde adolescentes a jubilados. Desde Gipuzkoa, me permito añadir: chavalería que estudiais lo que sea, todos a Twitter y a los blogs y haceros personas públicas; y Mariano Ferrer, sí, tú, jubilata de la comunicación que jamás leerás esto, tú también haz caso y ven a Internet que ya estás tardando.


Con todo lo interesante que resultó, también me quedó un punto de amargura en el ánimo. Mucha participación ciudadana en los discursos, pero aquí, en Donostia, en esta ciudad... Se nos habló en el CICD de Obama y de logros en el activismo de base en lugares como Carolina del Norte, pero aquí vivimos muy lejos. Y en un contexto muy distinto. Por ejemplo, intervino Odón Elorza, alcalde de la ciudad, y pensé mientras lo escuchaba que hace 20 años cuando se convirtió en alcalde, ganó Eusko Alkartasuna en la ciudad (el partido de Elorza fue tercero, pero, alianzas de por medio, llegó a alcaldía). Hoy es el día en que no sabemos si aquel partido, EA, podrá presentarse a las próximas elecciones de mayo.

Han pasado cosas en estos 20 años, desde luego. En apenas 4 años despúes de aquel 1991 el partido más votado en Donostia pasó a ser el Partido Popular, y en ese momento, ETA asesinó a su líder local, Gregorio Ordoñez. Un crimen odioso como tantos, pero por mencionar algunos ocurridos en Donostia: un cocinero, un vendedor de bicicletas, un trabajador de la gerencia de un periódico como Santiago Oleaga...

Creo que ya es la hora de la paz. Paz, participación, libertad, futuro. Puede parecer extraño leer estas cosas en un blog de empresa, pero el desarrollo económico, tecnológico y social de nuestro pequeño mundo, en Gipuzkoa concretamente, necesita también de un nuevo contexto de luz, superar el gris del plomo. Necesitamos aire.

Ciudadanía digital, y en la calle (la distinción de planos es ya innecesaria): necesitamos política, y que nos dejen ser ciudadanos. EL CICD me insufló conocimiento en charlas interesantísimas el pasado jueves y viernes, pero, para mi, existió una previa interesante: el miércoles habló en Donostia, ante unas 30 personas, Bertie Ahern, ex-primer ministro de Irlanda.

Dijo Morejón en el CICD que la política comunicada desde detrás de un atril ya no mola, y es cierto... en parte. Ahern leyó un discurso en papel, tras un atril. Pero qué discurso. El partido de este hombre, el Fianna Fail, ha sufrido un batacazo electoral tremebundo, Irlanda está sumida en una grave crisis económica que en parte tiene su origen, dicen, en ciertas políticas que empezaron a implantarse con Ahern... Pero sobre esto pasó Ahern en un par de líneas, anécdotas de la vida sabéis, y tras la charla nos comentó en un corrillo que ya se rehará el partido, como quien comenta que el cordero al horno se nos ha pasado un poquito pero que a la próxima ya mejoraremos.

Lo que ocurrió es que Ahern no vino a hablar de coyuntura, sino de política con mayúscula, de poner la vista a 50 o 100 años, y resolver lo que hay que resolver. El hombre está legítimamente orgulloso de haber culminado con Tony Blair el acuerdo de Viernes Santo de 1998 que ha traído la paz a Irlanda del Norte, y habló de ello con una claridad, contundencia y candidez que sentí angustia por la falta de este tipo de políticos entre nosotros. La diferencia, que dijo Churchill, entre el político, que piensa en las próximas elecciones, y el estadista, que piensa en las próximas generaciones.

Necesitamos estadistas. Y además, participación ciudadana, derechos humanos, civiles, democráticos y de participación para todos, ya. Para la paz, y también por exigencias del avance tecnológico, sí, por el desarrollo social y económico. Como ciudadano de Donostia, me atrevo a exigirlo. Hasta en un blog corporativo.

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